sábado, 3 de enero de 2009

Desafortunadamente, Arusha, paso obligado






Llegamos a Arusha sin contacto alguno, pero advertidos que la ciudad podia ser un tanto desagradable para los turistas, y asi lo sufrimos. En la calle no se podia pasear sin ser molestado por la gente para comprar un safari, un trekking o simple material de artesania. Uno se cansaba de pasear y vuelta al hotel porque resultaba muy estresante todo. En fin, estabamos bastante desanimados porque queriamos hacer un safari pero no lograbamos contactar con alguien que nos mostrara confianza, y estabamos un poquito perdidos en este aspecto y asi pasamos dos dias. Luego contactamos con Godi de Agama Safaris, que hablaba spanish y habia leido cosas bastante buenas de ellos en internet. La verdad es que es un grande comercial que sabe vender bien los safaris porque lleva bastante tiempo en este sector y confiamos mucho en el, a pesar del elevado precio del safari, pero en vista de lo caro que eran todos, lo tomamos, y fue pues una via de escape de una ciudad que no nos gusto absolutamente nada, pero que es el paso obligado hacia el Serengueti, uno de los parques nacionales con mas fauna del planeta. Asi pues partimos hacia el Lago Manyara para relajarnos durante dos dias en un semi-lodge, a orillas del lago y ya en territorio Masai. El Lodge se llamaba Paradise, y no por el Lodge claro esta, porque la infraestructura era muy limitada, sin electricidad ni agua apenas, sino por el sitio en donde se encontraba, rodeado de animales, jirafas, cebras, impalas, flamencos, etc... un lugar hermoso donde uno se encontraba en pleno contacto con la naturaleza, en un lugar solitario, porque eramos los unicos huespedes, y en donde al anochecer solo se veian ojos que brillaban por todas partes y los sonidos de la selva.
El primer dia hicimos un pequenyo trekking por los alrededores, y fuimos hasta orillas del lago caminando entre el lodo que se formaba con la sequia y por la poca profundidad, nos costo bastante llegar hasta su orilla, con zapatos en mano, para poder observar los miles de flamengos que habian entre, cebras, algun bufalo y ninyos masais con su ganado que pastoraba por los alrededores del lugar. Estabamos contentos porque el dia era muy soleado, el paisaje era hermoso, y empezabamos a tener contacto con la fauna salvaje que habita en nuestro planeta y que tan dificil e increible parece a los ojos de cualquier europeo. El dia acabo con una treintena de km. caminados, hasta que acabamos exaustos y nos costo mucho regresar, sobretodo a los dos guias que nos acompanyaron, que al dia siguiente no pudieron ni ponerse los zapatos. Por la noche, hicimos una fogata para nosotros, contamos algunas historias, bebimos algunas cervezas calientes y celebramos asi, el dia de mi cumpleanyos.

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